El martes por la mañana, Jesús y sus discípulos regresaron a Jerusalén. Pasaron por delante de la higuera seca en su camino, y Jesús habló a sus compañeros sobre la importancia de la fe.
De vuelta al Templo, los líderes religiosos estaban molestos con Jesús por establecerse como autoridad espiritual. Organizaron una emboscada con la intención de arrestarlo. Pero Jesús eludió sus trampas y pronunció un duro juicio sobre ellos, diciendo
“¡Guías ciegos!… Porque sois como sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de toda clase de impurezas. Por fuera parecen personas justas, pero por dentro sus corazones están llenos de hipocresía e iniquidad… ¡Serpientes! ¡Hijos de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?” (Mateo 23:24-33)
El martes
Las Escrituras indican que este martes fue también el día en que Judas Iscariote negoció con el Sanedrín, el tribunal rabínico del antiguo Israel, para traicionar a Jesús (Mateo 26:14-16).
Tras una agotadora jornada de enfrentamientos y advertencias sobre el futuro, una vez más, Jesús y los discípulos regresaron a Betania para pasar la noche.
Los tumultuosos acontecimientos del martes y el Discurso del Olivar se recogen en Mateo 21:23-24:51, Marcos 11:20-13:37, Lucas 20:1-21:36 y Juan 12:20-38.
Fuente: Learn religions
