Crucifixión y muerte del Viernes Santo. El Viernes Santo es el día más difícil de la Semana de la Pasión. El camino de Cristo se tornó traicionero y sumamente doloroso en estas últimas horas que conducen a su muerte.
Según las Escrituras, Judas Iscariote, el discípulo que había traicionado a Jesús, fue vencido por el remordimiento y se ahorcó en la madrugada del viernes.
Mientras tanto, antes de la tercera hora (9 de la mañana), Jesús soportó la vergüenza de las falsas acusaciones, la condena, las burlas, los golpes y el abandono. Después de múltiples juicios ilegales, fue condenado a muerte por crucifixión, uno de los métodos más horribles y vergonzosos de pena capital conocidos en la época.
Crucifixión
Antes de que Cristo fuera conducido, los soldados lo escupieron, lo atormentaron y se burlaron de él, y lo atravesaron con una corona de espinas. Luego, Jesús llevó su propia cruz al Calvario, donde, de nuevo, fue objeto de burlas e insultos mientras los soldados romanos lo clavaban en la cruz de madera.
Jesús pronunció siete declaraciones finales desde la cruz. Sus primeras palabras fueron: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23: 34). Sus últimas palabras fueron: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. (Lucas 23: 46, NVI)
Entonces, hacia la hora novena (3 de la tarde), Jesús exhaló su último aliento y murió.
A las 6 de la tarde del viernes, Nicodemo y José de Arimatea bajaron el cuerpo de Jesús de la cruz y lo depositaron en una tumba.
Los acontecimientos del viernes están registrados en Mateo 27:1-62, Marcos 15:1-47, Lucas 22:63-23:56 y Juan 18:28-19:37.
Fuente: Learn religions
